lunes, 31 de diciembre de 2012

Campanadas



"Desnudo, hojas verdes y busto". Picasso (1932)

Por el delicioso aroma que salía del horno el pescado debía de estar en su punto. La música de Cole Porter, que a él le gustaba y a ella le traía el recuerdo de las viejas películas que veía su padre, fue expandiéndose hasta ocupar todo el salón, iluminado únicamente por la luz de las velas. Antes de llegar al cuarto de baño se miró en el espejo del pasillo, era una lástima no salir a cenar fuera y lucir su magnífico vestido, "ya  surgirán otras ocasiones"- se dijo-. Mientras retocaba sus labios sonó el teléfono. Al principio pensó que se trataba de un error, su voz sonaba tan extraña y lejana...

-¿Cómo que no vienes, qué ha pasado? -escuchaba palabras inconexas, silencios, titubeos-.

-¿Qué quiere decir que te has equivocado? Equivocado de qué...

Él había colgado. Un casi imperceptible "espero que me perdones", fueron sus últimas palabras.

Notó cómo la sangre huía de sus venas y un ligero mareo la obligó a sentarse en la taza del water: "Lo sabía, lo sabía", se repitió una y otra vez.

En cuanto recuperó el pulsó comenzó a caminar por toda la casa intentando recordar cada una de sus palabras. No tenía sentido, o tal vez sí, ahora comprendía por qué en los últimos días estaba incómodo, distraído, incluso antipático.

-Estúpido...¡Estúpida!

Casi se derrumbó al llegar al salón y verlo tan preciosamente dispuesto para nada. Eran apenas las nueve, en menos de media hora podría estar en casa de sus padres y cenar en familia, aunque enseguida descartó la idea; en cuanto la vieran aparecer vestida de diva y con los ojos emborronados tendría que soportar el "te lo dije", en la mirada de su madre, y los chistes y bromas de su cuñado, que pasarían a formar parte de su repertorio de Nochevieja año tras año, hasta llegar a sus nietos, en el hipotético caso de que alguna vez tuviera hijos.

Buscó el amparo del sofá llevando consigo una copa y lo que iba a ser "la joya de la corona" de la noche, una botella de vino tinto que le había costado un disparate. El chico del supermercado se la recomendó con todo todo tipo de detalles en un excelente francés. Realmente era encantador, siempre tan amable y solícito; ahora que lo pensaba le pareció contrariado cuando le explicó lo de la cena, el vino...Tenía razón su amiga Manuela, siempre elegía mal.

Un estrépito de petardos y risas la rescató de su sueño de vino y la situó en el nuevo año sin uvas ni campanadas. Intentó levantarse para ir a la cama pero le parecía un esfuerzo mayúsculo e inútil. Allí tenía todo lo que necesitaba: una botella medio llena y el mando a distancia para accionar el "play" del reproductor de CD. Como pudo se zafó del vestido que quedó inerte y desvalido a un lado del sofá, se sirvió otra copa y dejó que la música se colara bajo su piel.



       




lunes, 24 de diciembre de 2012

¡Feliz Conciencia!

"Vivir en contradicción con la razón propia es el estado moral más intolerable."

León Tolstoi


Seguro que en estos días nos debatiremos en juicios sobre el bien y el mal de nuestras acciones. Desde el he comido demasiado al ¿faltará comida para la cena? o desde el tan común "ya no bebo más" al !vamos, otro brindis!. Sin entrar en hechos de mayor trascendencia, en los excesos son más evidentes nuestras contradicciones, y son fechas de excesos y de propósitos, por lo general excesivos.

Conciencia, del griego "sy‧néi‧dē‧sis", significa conocimiento con uno mismo. Estos días, como paréntesis al fiel y cotidiano día a día, pueden ser ideales para conocernos con nosotros mismos...o con los demás.





Y si la llamada a Pepito Grillo se convierte en inevitable, sin dudarlo, ¡Bailad con él!

¡Feliz Conciencia, digo, Feliz Navidad!!






domingo, 25 de noviembre de 2012

Cierres II


"He visto llorar a mucha gente en el mundo
Y he aprendido a llorar por mi cuenta.
El traje de las lágrimas
Lo he encontrado siempre cortado a mi medida…"

León Felipe


Cuando ella se fue, vertió todas las lágrimas de las que fue capaz. Recorrió un día tras otro el bosque que conocía como la palma de su mano, con pasos tristes y lentos al principio, rápidos y llenos de furia después, sin mirar donde pisaba, perdiéndose y encontrándose continuamente, abandonándose sobre el musgo húmedo, la escarcha de enero o la tierra palpitante, lista para parir una nueva primavera.

Su marcha le obligó a retornar al punto del que en realidad no se había movido, a la nada en la que creía permanecer ileso, donde se reconoció como perdedor sin riesgos ni apuestas. Seguía viviendo en la casa en la que nació y desde pequeño trabajó en la imprenta familiar, en la que invirtió sueños que se desvanecían entre el monótono sonido de la prensa. Ahora sus proyectos eran inviables, la imprenta daba lo justo para pagar facturas y el sueldo de su tío, auténtico motor del negocio.

Encontró refugio en lugares transitados por antiguos amigos y en un amor de juventud que lo liberó de la angustia que le producía tener que atravesar la solitaria extensión de otro invierno. La aparente normalidad en la que transcurría su vida no le impedía sentirse tan extraño como cuando siendo un adolescente,  fue consciente de que su dirección era contraria a la de sus amigos. Ellos transgredían, soñaban, huyendo siempre hacia fuera, saliendo a la calle, ascendiendo a buhardillas, árboles y azoteas, mientras que él se refugiaba en el sótano, en su rincón invisible, cómplice de libros prohibidos y cigarrillos con sabor a beso.

Aquella tarde le pareció posible. Llevaba días de noches en blanco, calculando milimétricamente los inconvenientes, decidido a dar el paso, un paso: el primero. En el zaguán de la casa permaneció inmóvil, miró sus zapatos sobre el escalón de mármol gris, resquebrajado desde hacía más de treinta años, y deseó que una brisa lo empujara suavemente hacia fuera, un viento, un huracán, un cataclismo...

Poco a poco comenzó a escuchar los ruidos de la calle y la voz cada vez más cercana de su tío que lo llamaba desde el sótano.

-Este chico no sé dónde se mete. ¡Baja, que te está esperando Consuelo!

Buscó un lugar donde guardar la maleta sin dejar de limpiarse las lágrimas con la manga de la chaqueta nueva, y bajó lentamente las escaleras sin encender la luz.

     

                                                        ...quizás te interese Cierres


viernes, 14 de septiembre de 2012

Perdonen las molestias

Me han salido canas.

Recuerdo aquella frase que decían mis padres y los mayores en general: "las canas salen a consecuencia de los disgustos" y que a mí me parecía una solemne estupidez; lo determinante en este caso debería ser la herencia genética y el inevitable proceso de envejecimiento. Sin embargo, después de este verano, acepto que algo de verdad esconde este dicho ya que en un par de meses he pasado de exhibir -no sin cierto orgullo- una melena cuarentañera libre de tintes, a tener que plantearme pedir cita en la peluquería para poner remedio a este mal tan común.

Retomo el curso no solo descubriendo nuevas canas en cada mirada al espejo, sino con la sensación de tener horchata en las venas. Vivo en un estado semianestésico en el que afronto el día a día con una tranquilidad desconocida y con niveles de escepticismo próximos a prima de riesgo española, después de asumir ceses y eternidades y comprender que el auténtico verano para un niño es la salud, que es absurdo prepararse para la ausencia de un ser querido, que los cambios libremente elegidos pueden ser tan difíciles como los impuestos, que quién dijo aquello de "borrón y cuenta nueva" pretendía engañarse a sí mismo.

Este poema de Eeva Kilpi me parece extraordinario. De una manera concisa y hermosa nos revela la continua paradoja que provoca en nosotros el amor...o la vida, esa vida que debería de venir acompañada de un entrecomillado "perdonen las molestias". 


"Dime si molesto,
dijo él al entrar,
porque me marcho inmediatamente.

No sólo molestas,
contesté,
pones patas arriba toda mi existencia.
Bienvenido."


¡Bienvenida!



 

martes, 7 de agosto de 2012

Barbecho


Barbechoen agricultura o jardinería, se denomina así a una tierra que se deja sin sembrar o cultivar durante una o varias temporadas, siguiendo una tradición que comenzó a practicarse en la Edad Media en Europa. El objetivo del barbecho es recuperar y almacenar materia orgánica y humedad para asegurar la fertilidad de la tierra.


Podría decir que no escribo porque no encuentro tiempo en mis largos meses de vacaciones, o por falta de ánimo...o de ganas, o porque el blog quería tomarse un respiro, pero no se trata de eso. 

Mi blog está en barbecho porque yo, en cierto modo, también lo estoy. No es un barbecho quieto y manso, consciente y expectante, sino un barbecho activo e impuesto desde el que veo pasar el verano sin que su despliegue de sensaciones, sutilezas y excesos pase un día entero conmigo.

Podría decir que este blog está en barbecho, pero no es del todo cierto, si lo estuviera, no existirían estas palabras, aunque prefiero utilizar -una vez más- las palabras de Mario Benedetti que vienen a decir lo que yo no alcanzo: "De vez en cuando es bueno ser consciente de que hoy, de que ahora, estamos fabricando las nostalgias que descongelarán algún futuro."





martes, 3 de julio de 2012

Solsticio


Hace tiempo me ronda la idea de que vivo una etapa de solsticio de verano, ese punto álgido y pleno a partir del cual no puedes hacer otra cosa que descender, no por el cansancio, los reveses, ni los años cumplidos, sino por el hecho de traspasar el meridiano a partir del cual, transcurridas unas cuantas rotaciones, divisarás un horizonte cierto e inédito, marcado por las pérdidas.

Mi padre murió hace unos días después de una larga vida de lucha irrenunciable hasta su último aliento, que me perdí.

Estamos biologicamente programados para vivir y desde que nacemos luchamos por la supervivencia, por la felicidad, el poder o el deseo intentando dar sentido a lo que no lo tiene. Son muchas las batallas que ganamos día a día y debemos celebrarlo con verdadera alegría, porque la última será una batalla tan necesaria como perdida.




                   "Struggle for pleasure"  (Win Mertens Ensemble)




miércoles, 20 de junio de 2012

Exámenes finales


"Donde hay satisfacción no hay revoluciones"

Confucio






Durante las últimas semanas he dedicado horas y horas de mis fugaces tardes a corregir exámenes,  calcular estadísticas de resultados y redactar informes y más informes.

Este año, en el colegio donde trabajo, nos enfrentamos a la tediosa tarea de las pruebas finales con cierto grado de optimismo, ya que después de los pobres resultados del curso pasado decidimos hacer una pequeña revolución y cambiar de la A a la Z aquello que consideramos mejorable: Organización de refuerzos y apoyos, reelaboración de contenidos básicos, pruebas iniciales y finales adaptadas a las características concretas de cada grupo, aplicación de lo último en estrategias de lectura comprensiva y mucho más que no cito por no aburrir a nadie y sobre todo por no ensañarme conmigo misma.

Esta mañana, he esperado a que mi grupo de alumnos de 5º curso de primaria se acomodase después del recreo. Trás conseguir el mínimo de atención he hecho una gran bola de papel y la he lanzado a la papelera de reciclaje con evidente mal humor, logrando así que la atención sea total.

-Esa bola de papel ha sido nuestro trabajo de todo un año y lo hemos tirado a la papelera- sentencio.

Comprendo que los chicos a estas alturas de curso están cansados, que la climatología juega en nuestra contra, que son alumnos con circunstancias especiales, que las expectativas familiares son muy bajas, pero cada uno de estos factores han sido tenidos en cuanta a la hora de evaluarlos.  El factor determinante me lo dejó claro un alumno mientras realizaba la prueba de matemáticas retrepado en la silla mientras mordisqueaba un lápiz : "Seño, es que no hay ganas"...

Por otra parte, no habrá oportunidad de corregir esta "eventualidad" ya que después de tres años tendré que abandonar un colegio en el que me siento como pez en el agua.

Para rematar la faena tuvimos que cumplimentar un informe de autoevaluación respondiendo a cada cuestión en una escala del 1 al 4, en la que se evidencia de una manera muy clara y gráfica la desconexión total entre la inversión de tiempo y esfuerzo con los resultados obtenidos. La última cuestión acaba con la autoestima de cualquiera "Grado de satisfacción personal en función de la relación establecida entre la práctica docente y los resultados: nada satisfactorio - poco satisfactorio - satisfactorio - muy satisfactorio."

Terminado el informe sólo queda fotocopiarlo. Me cruzo con una compañera que acaba de hacer lo mismo y avanza arrastrando el cansancio de las últimas semanas; como nos conocemos muy bien ni siquiera hablamos, simplemente nos mostramos el informe con rapidez mientras avanzamos por el pasillo en dirección opuesta... parece que no soy la única insatisfecha.




"(I Can´t Get No) Satisfaction". Rolling Stones


viernes, 1 de junio de 2012

Subterfugio IX: Miradas

"Nada es simple, nada es lo que parece a primera vista, y cualquier fragmento mínimo de la realidad contiene tales posibilidades de conocimiento y de misterio que da vértigo asomarse a ellas"

"El viento de la Luna". Antonio Muñoz Molina

Desde la antigüedad, la tentación de mirar ha sido el origen de multitud de inventos, como el "inocente" espejo que nos devuelve el reflejo de nuestra propia imagen no siempre reconocida ni aceptada, o la defensiva almena, desde la que se podía vigilar sin ser visto. Miradores, mirillas, microscopios y lupas, creadas por la ineludible necesidad humana de ver el fastuoso escenario de la vida, desde todas las perspectivas posibles. 

Hoy este blog cumple dos años de miradas. Dos años en los que miro hacia fuera y hacia adentro, donde descubro lo limitado y lo infinito, lo que no sé o lo que siento y que funciona como espejo, almena o lente de aumento, limpia y transparente, que me permite reconocer el brillo de otras miradas.


Desde aquí me asomo a patios propios y ajenos, tan parecidos, tan diferentes, y con la distancia y la amplitud que me proporciona esta ventana abierta en la octava planta de un edificio cualquiera, os miro a vosotros, y me miro a mí. 



Miro a través de una obra de Susan Mobray fotografiada por Utopazzo.























miércoles, 16 de mayo de 2012

Patio de luces

"La belleza es el resplandor de la verdad,
 y como el arte es belleza, sin verdad no hay arte"

Antoni Gaudí



Como cualquier tarde me dispongo a tender la ropa de la lavadora y mientras miro al patio de luces  llego a la conclusión de que se trata de un lugar tan poco bello como evolucionado. Durante los últimos catorce años he tendido la ropa en él, al sol o a la sombra, varias veces por semana, y observo que no ha sufrido ningún cambio desde entonces, a excepción de la reciente y más que necesaria mano de pintura resuelta con la última derrama.

En mi patio de luces siempre se escuchan las mismas voces, no me refiero a las de los vecinos, que hasta el octavo llegan atenuadas, sino a las de los televisores de la tarde en la que invariablemente se oye a una Belén Esteban -o similares- cuya sempiterna indignación debería ser canalizada en algo constructivo, para  beneficio de todos. También se escucha música inclasificable, una especie de sucedáneo de flamenco y el último número uno de los cuarenta principales -creo- que casi siempre desconozco; a esta sinfonía hay que añadir las señales horarias de la cadena SER o de RNE, que escapan desde la ventana de mi cocina, proporcionando un rítmico contrapunto. El "sonido" de internet no llega hasta el patio, ni las risas de los niños que continúan siendo una significativa minoría en el bloque. La comida tampoco parece haber sufrido variaciones temporales, nada de cocina experimental, evolutiva ni exótica, sólo percibo viejos y familiares aromas de contundentes potajes, socorridos fritos y fáciles tortillas.

Trato de buscar en el patio alguna señal de actualidad, aunque sea de la omnipresente crisis, pero de momento se me escapa. La ropa tendida, así sin gracia, mojada y arrugada no parece tan Desigual, mucho tendría que observar, y muy de cerca, para poder distinguir entre ropa de diseño y la cosida a conciencia por Josefa, la modista del barrio de toda la vida; entre la comprada en el mercadillo de los jueves o la de alguna tienda "outlet"...



 Patio de luces de la Casa Milà (1906-1912). Antoni Gaudí


Supongo que un patio de luces permanece indifrente a los cambios porque es un lugar al que nadie mira, ni se ocupa, ni se transita, un lugar que a pesar de su nombre es resistente al paso de la luz y solo aparece bello en los sueños de los verdaderos genios.




viernes, 27 de abril de 2012

Nana para un niño grande.

"El corazón,
que tenía en la escuela
donde estuvo pintada
la cartilla primera,
¿Está en ti,
noche negra?

(Frío, frío,
como el agua
del río.)"

Federico García Lorca


Reviso los armarios, pero nada, prácticamente toda la ropa del año pasado le queda pequeña; también los juguetes, los libros, las canciones y las respuestas..."Eso es de bebés", dice mientras deja caer la mano en un gesto de desdén aprendido y algo teatral.

Con un niño todo es nuevo: ropa, juguetes, libros, canciones y preguntas; requiere un esfuerzo de renovación constante, de presente eternamente renovado. Mientras crece, todo se queda pequeño; el presente se convierte en pasado sin tiempo de preguntarse ¿dónde está?


¡Felicidades Pablo! Esta nana es para ti. No, no es para bebés, es para niños grandes. Como tú.

"Nani, nani" (Música sefardí). Ensemble Antequera


sábado, 21 de abril de 2012

Leer... y otras revoluciones.

"Hay quien se pasa la vida entera leyendo sin conseguir nunca ir más allá de la lectura, se quedan pegados a la página, no entienden que las palabras son sólo piedras puestas atravesando la corriente de un río, si están allí es para que podamos llegar a la otra margen, la otra margen es lo que importa."

La caverna. José Saramago



Ruth Orkin (1947)


El aprendizaje de la lectura podemos considerarlo como una auténtica revolución si por revolución entendemos la transformación del pasado más inmediato o la de nosotros mismos. La lectura no es inherente al cerebro humano por lo que requiere un proceso de aprendizaje y automatización; estamos preparados para hablar y comprender mensajes orales, no para leer, pero nos revelamos ante este hecho porque tenemos memoria y la voluntad necesaria para transformar lo que pensamos o sentimos en algo físico y tangible, en algo perdurable que nos conduzca a un mayor enriquecimiento personal, nos lleve a adquirir nuevos conocimientos y a comprender otras realidades.

La lectura nos hace más individuales y a la vez, más sociales, pero sobre todo más libres. Valga un ejemplo.

Recientemente, mi hijo trajo del colegio una invitación para una reunión sin trascendencia a la que no teníamos intención de acudir. Él sí tenía interés, ya que nuestra asistencia suponía que podría jugar a sus anchas y sin supervisión de ningún adulto en el patio del colegio. Así que leímos la nota haciendo una interpretación lo más sesgada y ajustada a nuestros intereses, y la dejamos sobre la mesa. Pocos segundos después, Pablo la leía con una aceptable fluidez y una excelente comprensión lectora: "Pues aquí no pone eso"-dijo.

Estamos perdidos- pensamos sin ocultar la risa-. Afortunadamente perdidos.


domingo, 8 de abril de 2012

Contrastes

Un solo día lejos de la rutina te muestra una infinita gama de contrastes que en el día a día aparecen atenuados o diluídos, reconocidos y asumidos. 

Es posible que no lleguemos a entender la verdadera dimensión de lo que nos sucede sin un significativo contraste. De esta manera, la luz más necesaria llega a ser dolorosa en medio de la oscuridad absoluta; la soledad, se vuelve desesperante después de la amistad o el amor e incluso podemos sentir, en un momento de plena alegría, ese viejo aire helado que se instala dentro cuando la caprichosa memoria, sin aviso, nos revela una verdad, un recuerdo o una ausencia...

Y también el invierno, tan difícil de soportar esta primavera.


Cerezos en flor  (Sierra Mágina)


domingo, 18 de marzo de 2012

Motivación II

"La vida es una larga lección de humildad."

James Matthew Barrie


Observo con verdadero entusiasmo cómo uno de mis alumnos lleva un tiempo más aplicado y responsable. Mis alumnos, -ya lo he comentado en alguna ocasión- pertenecen a ese grupo que en el mundo de la enseñanza denominamos "des", es decir, alumnos que presentan dificultades en el aprendizaje por pertenecer a entornos sociales y culturales desfavorecidos. Como consecuencia de esta situación, los padres dan muestras de unas bajísimas expectativas hacia el aprendizaje de sus hijos, lo que se traduce en un escaso seguimiento e implicación en las tareas escolares, además, son pocos los que asisten a tutorías y es muy difícil conseguir que participen en su formación desde casa, tratando de  inculcar el hábito regular del estudio o de la lectura.

Por eso la actitud de Diego me llena de satisfacción y refuerza mi autoestima profesional. Se agradece poder comprobar, aunque solo sea de vez en cuando, que las diversas herramientas utilizadas desde el inicio de curso son acertadas y no dudo en utilizar la aparente conversión del chico para exponerlo como modelo ante sus compañeros y compañeras.

- Estupendo Diego, has resuelto muy bien el problema, se ve que lo has trabajado en casa. Ya dije que confiaba en ti.

- Es que me ha dicho mi "papa" que si no le llevo malas notas me va a regalar un gallo de pelea.

- Pero... eso...¿no es ilegal? -es lo primero que alcanzo a decir en medio de mi desconcierto-.

Le digo adiós a la efímera y engañosa sensación de éxito, sin apenas saborearla, mientras pienso en tantos y tantos refuerzos, reflexiones compartidas y también regañinas y castigos; cientos y cientos de horas dedicadas a cursos de formación en nuevas tecnologías, técnicas de trabajo intelectual y lectura eficiente, motivación, competencias básicas, mediación en conflictos, convivencia y educación en valores...

- No lo sé "seño", de momento me lo están entrenando.

¡Un gallo de pelea!... ¿Cómo no se me había ocurrido?





sábado, 3 de marzo de 2012

Subterfugio VIII: Sol de marzo

"Quemaré el Partenón por la noche,
 para empezar a levantarlo por la mañana
 y no terminarlo nunca."


Federico García Lorca


La prensa nos confirma la noticia "esperada". Esperada por prevista, pronosticada, no por deseada: el número de personas desempleadas en el mes de febrero bate un nuevo récord, 630.000 personas pierden su empleo y con él, su estabilidad, su calidad de vida. Esta reflexión me lleva a hacer una especie de balance personal de este mes de febrero, que se salda con la pérdida de tres macetas, dos de las cuales me duelen especialmente; una porque su supervivencia parecía imposible, ¡pero era!, repleta de espléndidas flores tropicales en un balcón orientado al norte, donde la luz del Sol es un vago recuerdo de las largas tardes de verano; la otra, porque era el regalo de un alumno muy especial, cuya diferencia vive con la dificultad y el dolor que produce la mediocridad que trata de arrastrar al que osa apartarse de ella, si ésto no ocurre, se aparta al diferente, que en este caso, se refugia en la creación de un mundo más grande y más bello donde es probable que alcance momentos de felicidad, cuando descubra que los números primos también son infinitos.

En febrero casi pierdo a mi padre, aunque tampoco lo he recuperado del todo; mi madre sufrió una "esperada" caída y tiene por delante (tenemos) el reto de una lenta y larga recuperación...De nuevo un viento imprevisto sopla con fuerza y levanta las piezas de un puzzle que construyo con constancia y empeño, y todo cambia, horarios, rutinas, lo que parecía importante ahora no lo és, lo que creía que estaba en su sitio no lo está, aunque sí descubro que están los de siempre, más o menos uno.

Como cada dos de marzo un rayo de sol vuelve a colarse por la ventana de la pequeña habitación con vistas al patio de luces, indiferente a nuestras pequeñas o grandes catástrofes, a nuestras pequeñas o grandes pasiones; aparecería el mismo día y formando el mismo ángulo aunque yo no lo esperase, aunque en el lugar de mi ventana se irguiera la torre de una iglesia, una montaña o se extendiese un valle. Aparecería para iluminar el pequeño rectángulo de suelo donde encuentro diseminadas las piezas del puzzle, que concienzuda y serenamente, vuelvo a recoger. 



jueves, 2 de febrero de 2012

Pensemos.

"¿Pero cómo me podés hablar del futuro, de asegurarle un futuro a los tuyos cuando sabés muy bien que el futuro es ilusorio? Es una trampa que se inventa el sistema, cualquier sistema, para que la gente se acobarde y agache la cabeza y trabaje y se haga esclava por miedo al puto futuro " (Fernando)

Lugares comunes


Mientras nuestros políticos y expertos en economía -desde la lejanía que les brindan sus despachos situados en altos edificios inteligentes- realizan ajustes y recortes o se jactan de realizar reformas que aún no conocemos sobre lujosas mesas de madera noble, los ciudadanos comunes, realizamos nuestras propias reformas económicas alrededor de la familiar mesa camilla o frente al solitario y discreto escritorio.



"Lugares comunes" (2002) Adolfo Aristarain 


Han pasado diez años desde que se estrenó esta película y la situación económica que entonces se vivía en Argentina (eterna crisis, corrupción política, desempleo) y que contemplábamos con cierta superioridad solidaria, ahora, nos toca de lleno a todos. Es difícil hacer que nuestros ideales pervivan en un mundo corrupto y materialista que se empeña en correr cuesta abajo desandando camino, también transmitirlos sin recibir como respuesta la insoportable sonrisa paternalista e indulgente del que te cree una ilusa; más complicada resulta la tarea de mantener la honestidad individual de pensamiento y acción, como hacen Fernando Luppi y Mercedes Samprieto en esta película íntima e inteligente.

... pensemos.

  

domingo, 15 de enero de 2012

Comunicarse

Señales de humo, palomas mensajeras, SMS...la comunicación es una necesidad vital del ser humano que se relaciona con sus semejantes. A través de la comunicación alcanzamos nuestra verdadera dimensión ya que en esencia somos sociables. La comunicación puede ser intencional o no, puede darse utilizando signos convencionales o servirse de formas no lingüísticas pero lo que resulta fundamental es que exista reciprocidad a la hora de transmitir, recibir, intercambiar ideas o sentimientos y es en este acto donde podemos encontrar la mayor alegría o desesperación, el  reconocimiento o el desencuentro. 

Son cada vez más diversas y sofisticadas las botellas de las que nos servimos para enviar nuestros mensajes pero la intención es siempre la misma, acompañar soledades, romper rutinas, saciar anhelos, conocer... y conocernos.

Vuelvo a lanzar un mensaje dentro de esta botella...ya veremos adonde llega.





"Ausencia". Césaria Évora
Vídeo "Bottle" de Kirsten Lepore





sábado, 7 de enero de 2012

Música para la ocasión.

Este año el calendario ha sido generoso, complaciente, y nos ha regalado unos días de adaptación antes de volver a la rutina, a la normalidad que determina el comienzo de las clases.

Sin  tregua dedico la mañana a quitar adornos navideños de todos los tamaños y estilos, pasando de la artesanía popular al arte naïf de Pablo. Organizo armarios, reordeno estanterías sin rendirme ante la misión imposible que supone hacer hueco a los nuevos juguetes y regalos. Miro de reojo el montoncito de carpetas y papeles con los que llegué a casa el último día de colegio, estrenando mis vacaciones de Navidad, y que parecen decirme a gritos que ya no tengo excusa. Sacamos punta a las ceras de colores de Pablo y guardamos en su estuche la enésima goma de borrar nueva; plancho y guardo manteles festivos que no tardarán en salir del cajón bajo cualquier pretexto.

Acabo muerta, pero mientras comemos, cambiando de un canal de noticias a otro, nos sorprende una expresiva música renacentista, justo lo que necesitaba, una ocasión para dilatar la sensación de tiempo fuera del tiempo, de tiempo no reglado, de tiempo "libre", música del Renacimiento... y un té.


"¿Quién te hizo, Juan Pastor?". Esteban Daza