Barbecho, en
agricultura o jardinería, se denomina así a una tierra que se deja sin sembrar
o cultivar durante una o varias temporadas, siguiendo una tradición que comenzó
a practicarse en la Edad Media en Europa. El objetivo del barbecho es recuperar
y almacenar materia orgánica y humedad para asegurar la fertilidad de la tierra.
Podría decir que no
escribo porque no encuentro tiempo en mis largos meses de vacaciones, o por falta
de ánimo...o de ganas, o porque el blog quería tomarse un respiro, pero no se
trata de eso.
Mi blog está en
barbecho porque yo, en cierto modo, también lo estoy. No es un barbecho quieto
y manso, consciente y expectante, sino un barbecho activo e impuesto desde
el que veo pasar el verano sin que su despliegue de sensaciones, sutilezas y
excesos pase un día entero conmigo.
Podría decir que este blog está en barbecho, pero
no es del todo cierto, si lo estuviera, no existirían estas palabras, aunque prefiero
utilizar -una vez más- las palabras de Mario Benedetti que vienen a decir lo
que yo no alcanzo: "De vez en cuando es bueno ser consciente de que hoy, de
que ahora, estamos fabricando las nostalgias que descongelarán algún futuro."