sábado, 27 de noviembre de 2010

El regalo




Pablo y yo tenemos una caja especial, la "Caja de las Palabras". En ella cada noche, antes de dormir, guardamos una palabra, pero no una palabra cualquiera, debe ser la más significativa del día, aquella que por algún motivo nos ha dejado una huella un poco más profunda que las demás y la creemos merecedora de ser guardada con mimo. Para mí este juego es un recurso útil que facilita a mi hijo asociar palabras con sentimientos o experiencias, también le ayuda a resumir lo acontecido durante el día a la vez que amplía su vocabulario; para Pablo es un juego divertido que le conduce al siempre esquivo y prorrogable mundo del sueño.

Ayer comenzamos nuestro juego como cada noche, tumbados en la cama muy juntos, todo lo juntos que nos es posible y con nuestra correspondiente cajita sujeta con sumo cuidado, porque aunque invisible, también es valiosa y delicada, como todo lo que contiene algo precioso.

-¿Piensa un poco y dime qué palabra guardamos hoy? -le pregunto bajito-.

-Tú.

Sorprendida y emocionada me recreo en su palabra, en su sonrisa satisfecha porque sabe que lo que acaba de decir me gusta, en el inocente gesto de tapar la caja y depositarla sobre la mesita de noche, junto a la lámpara que ilumina suavemente este instante... Me mira, se impacienta.

-Te toca a ti, vamos, ¿cual es tuya?

-Regalo. La mía es regalo.

14 comentarios:

  1. Precioso, ésa es mi palabra ;)

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  2. Escogidas las palabras adecuadas, has conseguido dar al relato esa dósis justa de ternura que tienen los cuentos de Tolstoi. Ese "Tú" es tan sugerente, que has logrado contagiarme tu emoción del momento. Un bello regalo, sin duda.

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  3. Elena,

    Estamos rodeados de cosas preciosas,sólo hay que pararse un poco y dedicarle el tiempo que se merecen para que no olviden que lo son.

    Un beso.

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  4. Ay, Ana que bonito. Yo metería en esa cajita toda esta historia, pero como solo debe ser una palabra, sería 'Ternura'.

    Maravillosa esa caja de palabras que reducidas a una sola, se expanden al pronunciarlas y se llenan de sentido y de sentimientos. Ese 'Tú' y ese 'regalo' están hechos de la misma materia, pero eso ya lo sabes o lo vives que es más fascinate.

    Ana, seguro que habrá un montón de palabras 'mágicas' que llenaran esa caja.

    Un abrazo enorme.

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  5. Sin duda alguna, esa palabra, "regalo" merece ser recordada como algo que va más allá en el terreno afectivo-emocional, por tratarse también, del mejor regalo que hayas recibido nunca: Pablo.
    Tal vez el "juego" se alargue tanto, que esa cajita mágica e invisible, esté a rebosar de palabras a cada cual más significativa o emocionante... una manera muy didáctica de aprender jugando, sobre todo con un pequeño tan inteligente como es Pablo...
    Yo no voy a decir que palabra incluiría pues eso le corresponde al pequeño, pero intentaría utilizar la telepatía para ver si funciona... ahora mismo estoy pensando en una ¿?... a ver que palabra se le ocurre esta noche.
    Un abrazo!

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  6. Gilgamesh,

    Alguien nos ha dicho que un regalo es algo que se compra y casi lo hemos creído.

    La vida nos ofrece regalos de forma constante. La Naturaleza por ejemplo es un regalo en sí misma que no sabemos valorar, es más, incluso la menospreciamos.

    En el día a día también recibimos regalos, que quizá, al ser frecuentes y sencillos pasan desapercibidos. No son otros que la amistad, la solidaridad, el amor...estos regalos van envueltos primorosamente de muy diversas formas; de palabra monosílaba con tilde como en el caso del relatillo, de abrazo, llamada de teléfono o sonrisa...sólo hay que pararse un poco para apreciarlos y desde luego, dar las gracias.

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  7. Encarni,

    Los niños cuando son pequeños generan en nosotros de manera constante ternura, mucha ternura y también esa materia a la que te refieres y que tan bien conoces que es el amor. Ellos lo piden y lo entregan sin prejuicios, sin cortapisas, lo necesitan para crecer y para ser y forma parte de su alimento diario como el pan o la leche.

    Muchas gracias por pasar por aquí, por tus palabras, por tu cariño. Un beso.

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  8. Estoy contigo ,Ana, en que los mejores regalos son los que no se compran. Y la amistad es ,sin duda, uno de los mejores regalos que te puede dar la vida. Me gustaría,si es posible, que hicieses una entrada sobre la amistad. De seguro, lo harías con esa pincelada tan tuya y cargada de sentido común.
    Por cierto, echo de menos últimamente los acertadísimos comentarios de Angeles. No es fácil encontrar, como un buen regalo, a personas como ella.

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  9. Qué grandes son los niños, como grande es su imaginación y su capacidad ilimitada para sorprendernos cada día con palabras aparentemente ligeras y besos de chocolate...También son grandes artistas, pues nadie como ellos para retratar y recrear la/su realidad cotidiana... lástima que cuando empezamos a asumir responsabilidades de persona adulta, vamos abandonando en el camino esa grandeza que gozan los niños.
    A la humanidad nos vendría muy bien que cada uno de nosotros conservase una cajita donde guardar cada noche solo palabras de amor como generosidad, bondad, respeto, unidad, compromiso, compartir, honestidad, lealtad, libertad, paz, justicia.... y tantas otras. Según los descubrimientos de la física cuántica, las actitudes y pensamientos influyen en aspectos como nuestra salud física y en los acontecimientos que atraemos a nuestra vida. Así, si todos llenamos nuestra cajita diariamente con palabras y pensamientos positivos, es posible que aún estemos a tiempo de construir un mundo mejor...

    Guardo en esa cajita, si me permitís, las palabras ABRAZO y GRACIAS.



    GILGAMESH

    Gracias por la parte que me toca de tu último comentario...confieso que, en su aparente sencillez, me ha emocionado... Un abrazo también para tí...

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  10. Angeles, a tu abrazo respondo con otro en forma de poema de un "tal" Walt Whitman. Espero que te guste.



    NO TE DETENGAS

    No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
    sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
    No te dejes vencer por el desaliento.
    No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
    que es casi un deber.
    No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
    No dejes de creer que las palabras y las poesías
    sí pueden cambiar el mundo.
    Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
    Somos seres llenos de pasión.
    La vida es desierto y oasis.
    Nos derriba, nos lastima,
    nos enseña,
    nos convierte en protagonistas
    de nuestra propia historia.
    Aunque el viento sople en contra,
    la poderosa obra continúa:
    Tu puedes aportar una estrofa.
    No dejes nunca de soñar,
    porque en sueños es libre el hombre.
    No caigas en el peor de los errores:
    el silencio.
    La mayoría vive en un silencio espantoso.
    No te resignes.
    Huye.
    "Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
    dice el poeta.
    Valora la belleza de las cosas simples.
    Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
    pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
    Eso transforma la vida en un infierno.
    Disfruta del pánico que te provoca
    tener la vida por delante.
    Vívela intensamente,
    sin mediocridad.
    Piensa que en ti está el futuro
    y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
    Aprende de quienes puedan enseñarte.
    Las experiencias de quienes nos precedieron
    de nuestros "poetas muertos",
    te ayudan a caminar por la vida
    La sociedad de hoy somos nosotros:
    Los "poetas vivos".
    No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ...

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  11. Utopazzo,

    Desde luego que un hijo es un bello regalo y una gran responsabilidad, ante todo hacia él, por su bienestar, su felicidad... pero también ante la sociedad; esta tarea es tan complicada o más que la primera, tratar de inculcarle valores y conciencia de lo que le rodea no es fácil cuando el viento en dirección contraria sopla fuerte...aunque pienso que la recompensa a la constancia y al buen hacer casi siempre llega.

    Un hijo se convierte también en una especie de amplificador de emociones...su felicidad multiplica la tuya, al igual que su tristeza o su dolor; al mismo tiempo aumenta la consciencia de lo que puede convertirse en un peligro (y que antes ni existía) o en una oportunidad para crecer.

    Desde luego que Pablo es un regalo y mejor aún, un regalo que tú y yo compartimos.

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  12. Ángeles,

    No sé si comparto del todo la idea de que cuando crecen los niños abandonan esa grandeza...Quizá la mayoría sí, por muchas razones que conocemos, pero algunos elevan esa grandeza al máximo y a partir de esos pocos avanza la humanidad en su conjunto. Quizá con otro modelo de sociedad serían muchos más los que podrían dar lo mejor de sí mismos en todos los campos, al menos deberíamos ser capaces de dotarles de esa oportunidad.

    Por otro lado, claro que conservamos esa cajita, nosotros mismos somos el continente de las palabras que mencionas, aunque creo que te has dejado fuera la otra parte de todo lo mencionado y tan importante que sin ella, el amor, la libertad, el compromiso carecerían de su valor íntegro. Por ejemplo ¿alcanzaríamos la idea y el sentimiento del amor más auténtico y sublime sin haber experimentado el desamor?

    Escribo ésto bajo una granizada colosal. Instintivamente ante la ventana abrazo a Pablo con fuerza, como si mis brazos pudieran protegerlo más que todos los ladrillos y cemento del edificio. Pienso que en este momento tú harás lo mismo con Julia.

    Un fuerte abrazo, desde mi ventana.

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  13. !Este niño va para poeta! Creo que he dicho esta misma frase -cambiando el adjetivo- unas cuantas decenas de veces. Tampoco es ningún disparate, tengo debilidad por los seres polivalentes, prefiero esa palabra (una también tiene sus fobias y sus filias léxicas, incluso más) a la de polifacético que tiene cierta connotación... Pero bueno, ya estoy sumida de lleno en la dispersión. Que Pablo será poeta, mecánico, gruista, piloto de carreras, balocentista, músico de new age o fontanero, lo importante es que haga aquello que más le guste y espero que sea tan afortunado que su ocupación futura sea un regalo para él, aunque a veces esto resulte un tanto peliagudo.

    Me ha recordado al poema "Vivir en los pronombres" de Salinas, que tanto me gusta:




    Para vivir no quiero

    islas, palacios, torres.

    ¡Qué alegría más alta:

    vivir en los pronombres!



    Quítate ya los trajes,

    las señas, los retratos;

    yo no te quiero así,

    disfrazada de otra,

    hija siempre de algo.

    Te quiero pura, libre,

    irreductible: tú.

    Sé que cuando te llame

    entre todas las gentes

    del mundo,

    sólo tú serás tú.



    Y cuando me preguntes

    quién es el que te llama,

    el que te quiere suya,

    enterraré los nombres,

    los rótulos, la historia.

    Iré rompiendo todo

    lo que encima me echaron

    desde antes de nacer.



    Y vuelvo ya al anónimo

    eterno del desnudo,

    de la piedra, del mundo,

    te diré:

    "Yo te quiero, soy yo."


    Precioso, ¿verdad?

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  14. Anónima,

    Yo también prefiero las personas polivalentes y desde luego me encantaría que Pablo lo fuera; las posibilidades de conocer y adaptarse al complejo mundo en el que habita serían más y mejores. Por otro lado hemos hablado en multitud de ocasiones de que quien conoce y comprende sufre más, pero también será más feliz ante al posibilidad de vislumbrar, si acaso, ese universo infinito lleno de incertidumbres y maravillas esperando a ser descubiertas por TI... y así llego a los pronombres.
    Desde luego que me ha parecido precioso el poema de Salinas. Un "tú" dicho en el contexto adecuado te toca hasta el fondo, haciéndote sentir única como paradoja ante los millones de "tús" que existen en el mundo. Ocurre lo mismo con un "yo" desprovisto de ningún otro dato que te aleje de tu auténtico ser.

    Gracias y como diría Sabina...yo, mi, me, contigo.

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