La ignorancia y la indiferencia son dos males que dañan el alma de las personas y por tanto a la sociedad. Decidir qué es peor sirve de poco, quizá, en el caso de la ignorancia podamos buscarnos una excusa, echando balones fuera; los planes educativos que no funcionan, no poner en valor el esfuerzo, la escasa divulgación de la cultura y el arte en los medios de comunicación... En el caso de la indiferencia, la responsabilidad recae en la conciencia individual de cada uno de nosotros. Ser indiferente ante el dolor o la injusticia es algo que simplemente no nos deberíamos permitir y aún, no siendo indiferentes, tendríamos que plantearnos tomar una actitud más activa y comprometida ante la indiferencia de los otros.
"No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un lugar tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo
pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo."
Mario Benedetti.
El problema es que nos hemos acostumbrado: siempre defiendo que el hombre, está sobrevalorado; cierto es que la dirección correcta no es difícil vislumbrar, pero sólo está preparado un número muy reducido de personas capaces de "mostrar" el camino, la verdad o lo que en su caso sería, la utopía.Una sociedad avanzada, capaz de generar que el ser humano crezca rodeado de semejantes, y sepa el valor que tiene, por ejemplo, el respeto, está muy lejos de conseguirse. Y sí, falla el sistema educativo o en el peor de los casos, inmersos como estamos en el sistema capitalista, más bien lo veo imposible de lograr. Por empezar, mira a tu alrededor y comprueba cómo muy pocos, "respetan" el entorno, el habitat que es lo único que nos puede sostener...Soy así de pesimista, pero no es menos cierto que esto, lo sabe el político de turno, el científico y hasta el gen que lleva tu hijo de pocos años en su ser; pero parece ser que es lo que interesa: que todo siga así, por algún guión que se me escapa...
ResponderEliminarMuy buena reflexión. La viñeta es buenísima y Benedetti, genial, como siempre.
ResponderEliminarMe alegra que te hayas metido en este mundillo de la blogsfera. Enhorabuena por el blog ;)
Al igual que Elena, pienso que la viñeta es realmente buena. Y el mensaje, no estaría nada mal que traspasase las fronteras de este blog.
ResponderEliminarLo ideal sería estar siempre cerca de las cosas y más aún de las personas,pero aún estando en el mundo y con el mundo, nunca comprometer nuestra lucidez. La indiferencia sólo es útil para librarnos de los necios.
Supongo que habría que añadir a la ignorancia y la indiferencia la arrogancia de la respuesta del sujeto. Creo que la estupidez (o ignorancia) es la peor de las plagas, con diferencia, pues anula en el individuo la capacidad de sentir con los otros, de com-prender a los otros. De esta terrible plaga derivarían todas las demás.
ResponderEliminarGracias a todos por no ser indiferentes, al menos, a este escrito. Un poco más nos deberíamos exigir todos en compromiso hacia lo que nos rodea, y no quedarnos tan sólo en la crítica o pura queja.
ResponderEliminarOs dejo este enlace con una hermosa canción que conviene recordar de vez en cuando.
http://www.youtube.com/watch?v=T-4wArXkG94