Todos alguna vez, en algún momento de nuestras vidas, nos hemos sentido como advenedizos dentro de la parcela del mundo en la que nos había tocado vivir. Con el paso de los años y por esa capacidad humana tan extraordinaria nos adaptamos a toda suerte de circunstancia, y con una capacidad también muy humana pero no tan admirable simplemente nos habituamos a lo que tenemos, y a seguir hacia adelante.
Conozco personas que no se sienten del lugar dónde viven, o no se consideran representados por su imagen física, incluso tengo amigos que creen no pertenecer a su familia. A mí lo que me ha ocurrido es sentirme de otro lugar.
La primera vez que viajé a Galicia tuve esa certeza, comprendí que de alguna manera pertenecía a aquel paisaje, a sus calles, su música, sus gentes. No descubría las cosas que se presentaban ante mis ojos, más bien las reconocía sin producirme la sorprendente fascinación de encontrar algo nuevo, sino la cálida y serena emoción de reencontrarlas. Tengo la tendencia, criticada en mi entorno más íntimo, de buscarle a todo una solución racional, y a ser posible científica. Nunca se me ocurrió pensar que "en otra vida" hubiera vivido en alguna población gallega, simplemente opino que cada ser humano tiene una capacidad exclusiva para organizar los estímulos en función de multitud de variables y dotarlos de un significado particular. De esta manera me reconozco en el color de los paisajes gallegos, en el contraste entre la hierba sencilla y paciente y la arrogancia del mar, en el viento plantándonos cara para recordarnos que todo cambia y en las piedras... Me gustan los pueblos, las ciudades construidos a base de piedra, del suelo a los tejados sólo piedra, sin otra materia que las enmascare. Utilizamos frecuentemente la piedra como ejemplo para mostrar lo que no tiene vida, no puedo estar más en desacuerdo. Lo que está vivo cambia y las piedras lo hacen, cambian de color, de aspecto con el paso del tiempo; se compactan o se tornan porosas, se suavizan o se llenan de aristas, como las personas. La piedra adquiere el primer soplo de vida a través de la mano del cantero que la arranca de la montaña, se eleva con la idea del arquitecto que la sueña, nos devuelve el eco de las risas de los niños y guarda el secreto, cómplice, de las palabras de amor susurradas en alguna esquina.
En la suma de todo aquello que conforma nuestro ser la principal y más importante circunstancia son las personas que nos rodean, aunque tomando una actitud más comprometida prefiero decir las personas de las que nos rodeamos; nuestro lugar es ese, el de los afectos, aunque de vez en cuando me permito imaginar cómo sería mi vida siendo de otro lugar...
Buscaba esta canción de Loreena McKennit para completar la entrada y salió a mi encuentro este vídeo, me pareció muy adecuado a la vez que paradójico ya que canta a Santiago desde la cercana ciudad de Granada, ambas ciudades pertenecientes a culturas y paisajes diferentes pero unidas en su belleza.
Ana, ¡qué bien escribes!!! Y ahora mi comentario resulta muy simple, pero tenía que decírtelo ;)
ResponderEliminarBueno Ana, bien dices al hecho de que a veces, nos hemos encontrado en situaciones que nos cambia nuestro estado, a otro superior por no se sabe qué naturaleza...decimos: esto ya lo había visto antes, esto lo conozco...quizá tenga varias explicaciones; yo diría al menos dos: la primera sería física, donde nuestro cerebro decodifica las imágenes, sonidos y todo lo que por los sentidos le entra, a una velocidad mayor que otra parte cerebral, para analizar lo que estamos percibiendo; es decir, se retrasaría por décimas de segundo nuestra percepción de algo que nuestro cerebro ya ha captado y emitimos un juicio posterior a lo que acabamos de ver...creemos que va a tocar la campana, y suena décimas de segundo después, creemos reconocer una fachada igualmente...la explicación sería que todo eso está realmente ocurriendo, pero al retrasarnos un "poquito" creemos reconocerlo todo con una antelación tal, que decimos que "ya hemos estado ahí". Difícil de explicar, pero ese hecho, se produce y la ciencia puede explicarlo.
ResponderEliminarLa segunda, sería más fácil aún; dependiendo de tus creencias o no en la reencarnación,estaría bastante claro...
Sea como fuere, es bonito tener esa sensación, que yo, he tenido en muchísimas ocasiones. Tampoco sabría decirte por cual de ellas inclinarme, pues cuanto más creo saber, creo que menos sé.
Muy buena la entrada y el vídeo, muy celta...aunque tenga mezcla de jazz (el violinista) con folk...pero en estos tiempos de cambio generalizado, todo el mundo busca un lugar en el que estar agusto.
Un abrazo.
Elena,
ResponderEliminarmuchas gracias, me das ánimos, pero la idea original de esta entrada -y de las anteriores- está muy lejos del resultado obtenido, lo que me confirma que siempre es más asequible la teoría que la práctica.
Un abrazo y mucho ánimo.
Utopazzo,
esas sensaciones que alguna vez hemos experimentado la mayoría de nosotros seguro que tienen una explicación distinta para cada caso...y algunas no tendrán explicación, que aún le queda mucho trecho a la humanidad para entender y comprender lo que nos sucede y por qué nos sucede...una dosis de misterio siempre es necesaria y positiva ya que contribuye a mantenernos atentos.
La fusión en la música y en cualquier otra faceta conlleva sus riesgos, obteniéndose resultados diversos, pero sirve de motor para descubrir nuevas cosas; el arte es una fusión constante de lo nuevo con lo antiguo, toda nuestra cultura es el resultado de una mezcla compleja pero fascinante.
Una entrada de lo más sugerente, Ana. Y que incide fundamentalmente en eso que se ha dado en llamar nuestro sitio en este mundo. Percibo, por encima de todo, unas enormes ganas de vivir pero en base a esa lucidez tan necesaria y a veces tan esquiva. Hablas de estar atentos y estar atentos es ya un grado de lucidez.
ResponderEliminarCuando se discurre con la vida, de alguna manera se es ya de todos los sitios. En cierto modo es lo que sentiste cuando estuviste en Galicia.
Una de las cosas más difíciles de conseguir es pararse de verdad y decidir qué hacer con el resto de nuestra vida. O la inercia de lo acostumbrado, o sucumbir a esa llamada del Cambio que puede, a la larga, con casi todo.
Es más dejarse hacer, dejarse decir que programar racionalmente. Escuchar lo que hay de auténtico en nosotros. Y curiosamente lo más auténtico está casi siempre ligado con el cambio y la creatividad.
Vivir debería ser construir una pequeña obra de arte cuyo objeto es nuestra propia vida.Pero casi siempre se sucumbe en el camino. Recuerdo ahora a Nietzche con su Eterno Retorno, una idea muchas veces mal interpretada, tanto que hasta se ha dicho que el Eterno Retorno no era otra cosa que la reencarnación. Obviamente, me parece una interpretación absurda sin fundamento. Bajo mi criterio, lo que mi admirado (en otras cosas ,no tanto) Nietzche quiso decir es que al vivir nuestra única vida la viviéramos de tal manera que no nos importase repetirla una y otra vez, eternamente, en todos sus detalles. Con todo lo bueno, pero también con todo lo malo ... ¿ Estamos todos tan contentos con nuestra vida y con lo que tenemos aún programado hacer con ella, como para desear vivirla eternamente, una y otra vez? Creo que muchos no firmaríamos vivir una y otra vez nuestra propia vida. Pero nadie podrá negar que estaría contento si pudiese firmar con los ojos cerrados. De ahí el valor existencial de esta metáfora sobre el Eterno Retorno.
Se me olvidó comentar tu vídeo. Preciosa música, llena de ritmo y de esa alegría con que hace falta encarar la vida.
ResponderEliminarHola, Ana, me encanta Loreena y todo lo celta, sea ecléctico o no. Lo mío con el Norte puede que empezará con Sigrid (la novia del capitán Trueno) que vivía entre fiordos y tenía un pelo largo y precioso, aunque para ser la reina de Thule iba un poco ajustada de presupuesto y llevaba siempre un vestido azul que le sentaba estupendamente, puede que por eso no se lo cambiara, imposible superar lo inmejorable. Pues bien, mi espontánea aficción nórdica o norteña (la denominación depende de lo lejos que caiga el Norte de marras) siguió alimentándose con la canción popular de "Ollos verdes son traidores, azules son mentireiros, etc", continuó con la lectura de "El bosque animado" y acabó rematando la faena el anuncio de "Vuelve a casa vuelve, que te esperamos..." Junto a esto, o más bien, mezclado de forma bastante promiscua a esto podemos encontrar a Andrés Do Barro, "Los gozos y las sombras", Os Resentidos, "Los pazos de Ulloa", Luar na Lubre, Rosalía y su "Negra sombra" (tampoco hubiera sido mal vídeo el de Luz Casal y Carlos Núñez), Manuel Rivas... Lo que me pasa con el Norte es que cuanto más lo conozco, más me gusta, y en las distancias cortas gana. Es más, en mi caso, apabulla. Quizá por eso me duelen sus periódicos incendios, igual que me dolió la abominación del chapapote.
ResponderEliminarNunca he sentido la sensación de haber vivido allí "antes", pero sé que me gustaría vivir allí "ahora". Su paisaje me serena, sus verdes me reconfortan y la tarta de Santiago me chifla.
Ah, y no me cansaría de ver llover hasta el punto (como decía un agudo escritor gallego) de que me nacieran agallas como a los peces.
Yo te podría contar una historia con respecto a esto que dices de sentirte de otro lugar. Como sabes yo soy de Almería, y cuando me preguntaban de dónde era, yo siempre contestaba que era de allí pero que mi corazón era de otro lugar. Lo decía con mucha naturalidad. La primera vez que visité el castillo de Santa Catalina, al ver la torre que se ve desde el paseo, el corazón me dio un vuelco, porque esa torre la vi en un sueño, además el sueño trataba de mi futuro.
ResponderEliminarA mi me pasa como a ti, pero no con los paisajes, sino con personas, a veces me encuentro con personas que creo reconocer o que he conocido. Nunca he buscado respuestas a esto, pero lo pienso.
Tal vez lo que te pasó a ti era que querías pertenecer a ese paisaje en buena comunión con la naturaleza y ser parte de él, por eso te era tan familiar; en el fondo ya lo conocías o lo reconociste nada más verlo.
Un abrazo, de aquí :)
Gilgamesh,
ResponderEliminarSi nos sintiéramos integrantes del mundo en su totalidad y no pertenecientes, y casi dueños, de una pequeña parcela, muchos de los problemas de la humanidad se solucionarían. Es difícil comprender cómo a lo largo de los siglos se puede defender de una forma tan beligerante una cultura, religión, lengua.. un territorio, no sólo considerándolo mejor que otro, sino en contraposición a otro.
Muy interesante la idea de Nietzche, aunque reconozco que siempre me ha costado entenderla y me surgen constantes interrogantes. Conlleva una reflexión muy positiva; está en nuestra mano dotar nuestra vida de sentido para hacerla más llevadera, más plena, más bella, más útil, ésto también repercutiría positivamente en la vida de los demás, y en principio tampoco conllevaría un esfuerzo excesivo; ante tal evidencia creo que la mayoría de nosotros seríamos capaces de replantearnos ciertas cuestiones y actuar. Pero, qué pasaría con el poderoso y millonario que vive feliz a costa de los demás, viviría una y otra vez su vida de lujo pagado? Y las personas que no viven, quiero decir las que simplemente sobreviven, quién les plantearía la posibilidad de tener que repetir sus vidas? No siempre la vida se puede convertir en un arte, en algunos casos ni siquiera se puede intentar.
Un abrazo.
Querida anónima,
ResponderEliminarconozco tu interés por lo celta, por la literatura gallega y además en galego; también es conocida tu afición por la cultura mediterránea y sus lenguas, así que pienso que realmente eres una afortunada al saber valorar las diversas culturas como fuente de conocimiento y de entendimiento.
Como sé de tu constancia y empeño, imagino que al fin conseguirás tu propósito de irte a vivir por aquellas tierras, ya te visitaré, ya, y hablaremos de estos temas, de todos los temas, frente al Cantábrico.
Un abrazo.
Encarni,
Constantemente hacemos asociaciones, a mí me ocurre contigo, cuando te veo también veo tu pueblo y la imagen de la playa azotada por el viento de poniente.
Nuestras preferencias son fundamentales y hacen que podamos sentirnos identificados con un paisaje nuevo, con una persona, de tal manera que nos parece conocerla desde hace tiempo, esto se basa en multitud de variables que organizamos de manera inmediata en función de nuestros conocimientos e intereses. De todas maneras en este tipo de sensaciones un tanto especiales también hay algo que se nos escapa. Lo importante es querer entender y descubrir.
Cuídate.
Ana, suscribo plenamente tu primer párrafo en el que poco o nada se puede añadir por su veracidad y contundencia.
ResponderEliminarSobre el resto, cómo lamento no tenerte al frente porque seguidamente se podía haber iniciado una interesantísima conversación. Ya sabes, hablo de ese tipo de charlas dónde lo único que importa es acercarse a esa cara oculta de las cosas para buscar así más y más preguntas esperando que en algún momento de lucidez, sea la naturaleza de las cosas la que nos responda. Y si la pregunta está bien planteada, no dudar en que surgirán otras nuevas. Porque es así, preguntando, como nos pasamos la vida y con suerte vislumbramos esas pequeñas verdades que están esperando ser descubiertas.
Sólo te diré, como bien has interpretado, que el argumento de Nietzche no está cerrado ni mucho menos. De ahí que te surjan y te seguirán surgiendo interrogantes. Unicamente los tontos son más nietzchianos que Nietzche. A los demás nos queda seguir preguntándonos y dejar que las buenas ideas hagan mella en nuestra razón, pero también en nuestros corazones.
Y por supuesto Ana que a mucha gente le está vedada esa posibilidad de convertir su vida en una pequeña obra de arte. Es cierto. Pero hablo de tí, de mí, de los que nos rodean más cerca ... ¿ no podríamos hacerlo cada vez un poquito mejor, con ese esmero y dedicación que el artista aplica a su obra? ¿Hoy esto, mañana lo otro, siempre atento a nuevas formas, trazos que conviertan su trabajo en algo original, auténtico?
No sé, una vez más, me pregunto.
Hola, Ana, entro de nuevo para terminar lo que comencé y dejé a medias. En realidad, dejar a medias lo que hacemos no es otra cosa que vivir, esos hilos sueltos están llenos de vida... Pero, en fin, ese es otro tema y quizá para otro momento. En resumen, aunque no parezca existir paralelismo alguno entre tu experiencia gallega y la mía, son casi gemelas (aunque seguro que no univitelinas). Esas sensaciones que cuentas te llegan desde entidades físicas: el mar, la vegetación, la piedra, incluso las personas. En esa larga lista de mi texto, en la que al releerla he descubierto -horrorizada y feliz- que se han colado un acento y una "ce" de más (he cambiado un pasado imperfecto por un futuro, puede que más imperfecto todavía, pero futuro al fin y al cabo. Lo de la "ce" es más fácil, supongo que soy "afecta" a mis aficiones), aparece numerosa información que ha llegado a mí por distintas fuentes y a través de los años, digamos que esa era la "letra", que yo podía haber rechazado, ignorado u olvidado, simplemente. Sin embargo me gustó, y le añadí la música, y todavía me gustó más. Puede que a veces sea al contrario, primero la música y luego la letra. Pero eso es lo de menos, para mi es un hecho comunicativo, como la amistad, o el amor, o ese vecino que seguro-que-es-buena-persona-pero-no-acaba-de (comunicación fallida). Es decir, pienso que existen unos estímulos externos y una tendencia natural en nosotros a ser más o menos receptivos para identificarlos, interpretarlos y asimilarlos, los tres pasos son necesarios. En este caso, el proceso de incorporación del espíritu galego a una andaluza de Jaén, se ha completado con éxito.
ResponderEliminarPor cierto, además de anónima, errática me veo y me ves, del Mediterráneo al Cantábrico y viceversa, pasando por Castilla-León. Como tiene que ser.
Gilgamesh,
ResponderEliminarcomo no siempre la naturaleza de las cosas responde a nuestras preguntas, a veces tanto interrogante nos conduce al borde del abismo, al que miramos de reojo, en parte por el vértigo que produce mirar y no encontrar respuestas, y por otra parte, que también ocurre, porque el descubrimiento de algo nuevo conlleva la asunción de una nueva responsabilidad.
Anónima,
no me había fijado en la tilde -las filólogas y vuestras manías- aunque tengo que decir que sí había reparado en la "c" precisamente porque a mí me ocurre constantemente, si no fuera por el corrector...veo que compartimos esos y otros afectos.
Lo más importante de llegar a la meta es el camino que nos conduce a ella, así que cualquier itinerario que elijas será el adecuado, querida errática anónima errante.
Gilgamesh,
ResponderEliminarSe me olvidó añadir algo más, juraría haberlo escrito ayer pero al releerlo veo que no. Cualquier idea, corriente, pensamiento filosófico sobre el ser humano que deje fuera aproximadamente un tercio de la población, me parece cuestionable, como poco...si sólo sirve para "algunos" se convierte en elitista y pierde toda su trascendencia.
Ana, tienes razón, pero no toda. Voy a seguir el hilo de tu último comentario.
ResponderEliminarDices que es cuestionable una idea o pensamiento que excluyese a un tercio de la población. Bien.
Imagínate ahora que tienes una clase de 30 niños y un método, idea o sistema con el que gracias a tu buen hacer consigues que 20 de esos 30 niños aprueben y estén contentos con tu método ¿Se podría decir, dados los resultados obtenidos, que tu método es cuestionable? No, no lo creo, pero sí se podría afirmar que es mejorable mientras existan esos 10 alumnos que queden descolgados. Pienso que mantendrías el método y como mucho aplicarías los retoques necesarios para "recuperar" a esos descolgados. Ahora bien ¿ Significa esto que necesariamente el método es bueno, sólo por sus resultados? Pues no, no necesariamente es bueno y habría que entrar en muchas matizaciones. Es en esto en lo que tienes razón. 20 APROBADOS NO SON UNA PATENTE DE CORSO PARA AFIRMAR QUE EN SÍ, EL MÉTODO ES BUENO. Habría que ver en qué consiste ese método y luego convencernos de su bondad.
Y no creo que sea elitista defender un método en el que aprueban 20 de 30 niños. Lo importante es no olvidar a los rezagados. Recuperarlos, forma también parte de eso que he dado en llamar hacer de nuestra vida una pequeña obra de arte. Aunque ya sé, hay niños imposibles.
Ana, te voy a pedir una cosa que no sé si será posible ¿Cabe la posibilidad de que te conteste en privado? Ya son muchas las cosas que se me van quedando en el tintero. Y ya sabes lo limitado de un medio como este. Si no lo ves oportuno, no tienes ni que responder a esta petición.
Un abrazo.
Gilgamesh,
ResponderEliminarRespondo. El lenguaje escrito (si me apuras también el lenguaje oral)siempre tiene limitaciones, que no son otras que las nuestras propias. Este medio como vehículo de comunicación también las tiene aunque como todo, dependerá del uso que de él se haga. El otro día descubrí el blog de un familiar, en su última entrada tenía veintitantos comentarios del tipo "buena entrada", "me encanta", "precioso", eran comentarios individuales, independientes unos de otros y sin contenido, aún así mi primo contestaba a cada uno con esmero y cariño. Cada blog es un medio para expresar y comunicar, pero sobre todo para compartir; el mío ya es bastante privado, bueno, no me gusta del todo el término privado ya que soy una defensora a ultranza de lo público, íntimo quizá sea el término que mejor lo defina...no me importa encontrarme con un único comentario al que sacar punta hasta el límite, siempre que pueda aportarme una nueva visión de las cosas, me cree nuevas incertidumbres, o me las aclare o a mí o a cualquiera que por aquí se asome.
Un abrazo, público.
Ante una respuesta tan convincente y llena de buenas intenciones, como las mías, no me queda más que mostrar mi máximo respeto.
ResponderEliminarPreciosa entrada Ana... me gusta cómo te describes a tí misma, confluyendo y vibrando en la misma frecuencia que esos paisajes, que en cierto modo conforman un "espejo" dónde te reconoces... Comprendo lo que intentas transmitir y me reconozco en ello: desde pequeña me persiguen las mismas sensaciones, aunque de una manera más difusa o ambiciosa ya que es respecto a todo un continente, el africano. Aún no he tenido oportunidad, o no la he buscado, de viajar y encontrarme con "mi lugar"; en parte creo que no lo he hecho por miedo a querer quedarme allí, con todo lo que ello supondría, así que pienso que es posible que retrase el momento conscientemente. También curiosamente desde que nació Julia, siento la necesidad, no sé porqué, de viajar por terras galegas... es una extraña sensación pero me gusta, es como una energía invisible que me envuelve y quiere tirar de mí... así que estoy buscando el momento propicio para viajar a Galicia, eso sí con Julia, no vaya a ser que una vez allí el "hechizo" sea completo y me decida a quedarme... No tengo una explicación racional para ésto pero tampoco me importa ya que una buena dosis de misterio siempre es necesaria y positiva y la ciencia no tiene porqué tener siempre una respuesta adecuada para nuestros interrogantes... bueno, aunque últimamente la física cuántica está dando respuesta a fenómenos que tradicionalmente se han considerado "poco científicos" , así que habrá que estar atentas.
ResponderEliminarun beso
El principal lugar en el que deberíamos encontrarnos y sentirnos es en nosotros mismos, y desde luego no hay sitio más frágil y complejo, cualquier insignificancia nos descoloca y tenemos que reconducirnos para recobrar nuestro equilibrio. Supongo que con equilibrio nos es más fácil adaptarnos a cualquier circunstancia, considerando el lugar como una circunstancia espacial.
ResponderEliminarComentas tu reticencia a viajar a África porque temes quedarte allí...bueno ya va siendo hora de probar. Si vas y regresas habrás cumplido tu sueño de conocer (una pequeña parte claro) del continente que tanto te atrae, y si te quedas será porque realmente ese era el lugar que creías destinado para ti. Ciertamente en este momento es complicado, porque las decisiones que tomamos las hacemos pensando en nosotros y en los demás, y "tu demás" es ahora lo más importante. Pienso cómo será tomar una decisión pensando sólo en uno mismo, se puede? o siempre estamos condicionados por todos y cada uno de los que nos rodean en distinto grado y medida?
Volviendo al tema, a Galicia si que puedes ir, por qué vas a querer quedarte allí, es que te vas a querer quedar en todos los sitios que conozcas? Aunque de alguna manera si que nos quedamos, un poco colgadillos, de todo lo que nos gusta.
Un abrazo sin lugar ni medida.