sábado, 2 de marzo de 2013

De problemas.

"Conocíamos el mundo a la perfección: 
-era tan pequeño, que cabía en las manos,
tan fácil, que se dejaba describir con una sonrisa, 
tan común, como en el rezo el eco de verdades remotas.

La historia no nos recibía con trompetas victoriosas:
-nos arrojó en los ojos arena sucia.
Ante nosotros, los caminos eran largos y ciegos,
los pozos envenenados, el pan amargo.

Nuestro botín de guerra es el saber del mundo:
-es tan grande, que cabe en las manos,
tan difícil, que se deja describir con una sonrisa,
tan extraño, como en el rezo el eco de verdades remotas."


Wislawa Szymborska




Trato de enseñar a mis alumnos a resolver problemas, si es que tal cosa es posible. Me refiero a problemas de sumar, restar, multiplicar y dividir y sus múltiples combinaciones.

Les cuesta, les cuesta muchísimo, salvo algún prodigio que surge de vez en cuando y que me llena de admiración e inseguridad, por si me pilla en un despiste. 

También mi hijo se enfrenta a la tarea de leer enunciados y cuestiones a las que debe buscar una solución, para mí tan evidente,  mientras a él le supone enfrentarse al universo de la incertidumbre, cada vez más profundo, apasionante e incierto. Me observa con atención esperando algún gesto que lo oriente en su reto; mi ceño, ligeramente fruncido o un contenido movimiento del rictus hacia el lado izquierdo de mi cara.

Enseñarles a pensar matemáticamente es una de las competencias que trabajamos desde la escuela, dotarles de una serie de estrategias para que sean capaces de abstraer y aplicar ideas matemáticas a otras situaciones. A otras situaciones. Este es el auténtico problema: la diversidad y complejidad de esas nuevas situaciones hace que nos enfrentemos a ellas como eternos novatos. Introducir el más mínimo cambio en el planteamiento del problema hace que nuestra seguridad anterior comience a tambalearse o pone en duda el valor de nuestra experiencia, aunque siempre nos queda el recurso de la memoria o la intuición y la necesidad de asumir de nuevo el error... tan grande, tan difícil, tan extraño.






16 comentarios:

  1. Soy una negada para las matemáticas porque nunca me gustaron los números, lo mío son las letras pero dice mi hija que los números son muy bonitos por las muchas cosas que se pueden hacer con ellos. Te admiro por tu trabajo, imagino que enseñar debe ser muy gratificante y si encima añades tu intuición seguro que certera, tus alumnos aprenderan con más facilidad. Me encanta que el rictus ese sea por el lado izquierdo, jajaja.
    Besicos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No te preocupes Ana, si eres una negada para las matemáticas es porque tu proceso de adquisición del proceso numérico-matemático no fue el adecuado a tus habilidades, aptitudes e intereses y no realizaste un aprendizaje verdaderamente significativo. Algo así solté en un examen y me pusieron muy buena nota. Ahora me examino cada día y la nota que me pongo no es tan brillante, y es que del dicho al hecho...

      Sí, Ana, el rictus me ha salido izquierdosillo.

      Eliminar
  2. Si das con la clave, avisa. De cómo hacer para que comprendan los problemas matemáticos, digo. Ya todos los problemas se resolvieran con una o dos operaciones...

    Besos y buena semana ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De momento no, ni para los problemas matemáticos ni para los otros. Muchas estrategias, sentido común y si no, el tedioso ensayo error.

      No te preocupes, si la encuentro ya te la paso.

      Eliminar
  3. La realidad nos reta cada día en formas inimaginadas.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Por fortuna! aunque algunos retos pueden llegar a ser excesivos.

      Besos.

      Eliminar
  4. Con las matemáticas partimos con ventaja: es algo que parece existir antes que el propio ser humano, está en el cosmos desde siempre. No las hemos inventado, las hemos descubierto. Y la intuición ayuda a desenvolverse en ese campo.
    También parece cierto que nunca tendremos tanta experiencia como para resolver todos los problemas.

    besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si existen antes que nosotros serán ellas las que cuenten con ventaja. Me encanta esa idea, de que todo está ahí esperando a ser descubierto...y si no, nos lo inventamos. Esto también me gusta.

      Un abrazo.

      Eliminar
  5. También estoy intentando con la pequeña el negociado de las matemáticas, con el mayor no tuvimos ese "problema", quizá por predisposición, por lógico, por aplicado, Lucía sin embargo anda en sus nubes y mundos, sin embargo desde ahí arriba quizá le resulte más fácil lidiar con la realidad o cuanto menos soportarla.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ayyy, esos "niños de las nubes" cuantos más y cuanto más los conozco, mayor es mi duda. A veces creo que son los mayores y más auténticos sabios. Luego nos empeñamos en que desciendan a tierra y ya es imposible confirmar esa hipótesis.

      Besos.

      Eliminar
  6. Cuando hablamos de educación (sobre todo de los más pequeños, que los otros más grandecitos ya no tienen arreglo), habría que estudiar tal vez, la posibilidad de comenzar la casa por el tejado, y probar a ver qué tal. Si el niño de hoy en día, está superado por la actitud de padres, vecinos y demás fauna que le rodea, le debe ser bastante difícil aprender algo cuando sabe que no le servirá de mucho en un futuro no demasiado lejano. Se debería pues a enseñar a no robar, ni aun estando en política (explicar antes qué es la política y vida financiera en rededor), cómo llegar a ser directivo honrado (si se puede), policía o bombero vocacional, incluso maestro... Luego, es coser y cantar, una vez aprendido todo esto, se les puede enseñar entonces a leer, escribir y realizar complejas operaciones matemáticas; total, la gran mayoría de adultos con cargos importantes, han llegado arriba sin saber hacer nada de esto último, y así nos va.

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Confirmado que el sistema falla, y me refiero a todo el sistema, político, social, económico, educativo, cuánto tiempo vamos a seguir reproduciendo lo que no funciona? Vamos a "perder" una cuantas generaciones más? No se trata de empezar la casa por el tejado (acepto la metáfora) sino cambiar el modo de construir, las herramientas, materiales, la mentalidad del que construye "¿por qué construyo? ¿para qué o para quién?"

      El sistema está muerto, se mantiene por inercia. Necesita que lo rematemos porque estamos perdiendo el tiempo. No me imagino en la escuela haciendo lo mismo (con ligeras variantes)durante años y años. Iba a decir que no lo soportaría, pero no es verdad, probablemente lo soportaría pero no quiero soportarlo.

      Un beso.

      Eliminar
  7. YO SIEMPRE ME HE LLEVADO MAL CON LAS MATEMÁTICAS, PONÍA VOLUNTAD PERO NADA... ME AYUDABA MUCHO MI MAMÁ. MI TEMA SIEMPRE FUE LA LITERATURA, PERO SOY UNA PERSONA QUE NO DUDA FRENTE A LOS PROBLEMAS DE LA VIDA, QUE LOS ENFRENTA... Y LOS RESUELVE, MIENTRAS SE PUEDA.

    BESITOS

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hay que enfrentar los problemas, no hay duda, y la mayoría de ellos se resuelven; lo único que habría que pedirles es que no vinieran todos juntos.

      Besos.

      Eliminar
  8. Estamos en el mismo empeño, si bien no son las matemáticas (tampoco a ti, lo leo) lo que me preocupa: mi empeño es enseñarles a ser autónomos, a tomar decisiones personales y afrontarlas. La abstracción matemática o filosófica es un cauce más y por ella puede llegarse a la resolución no solo de problemas sino de conflictos, incluso emocionales. El camino es largo, pero viendo algunas muestras que nos dan los jóvenes, es, creo (quiero creer), el correcto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Algunas de las muestras a las que te refieres me han llenado de ilusión y de confianza. Algo se está haciendo bien, muy bien desde el ámbito de la enseñanza; sin embargo queda mucho camino (que se vislumbra ahora más escarpado y rocoso) ya que son muchos los jóvenes que se quedan en el camino sin la necesaria capacidad para tomar SUS decisiones y ser CONSECUENTES con sus pensamientos y acciones.

      Eliminar