miércoles, 31 de agosto de 2011

Hay momentos...y lugares.


Hoy terminan mis vacaciones que siempre inicio como una promesa de eternidad.

Desde el último solsticio he comprobado como los días iban acortándose mientras que los momentos vividos en cada uno de esos días se acumulaban, intentando hacerse un lugar.

He vivido momentos alegres de sorpresas y encuentros... y momentos de sorpresas y reencuentros de tristeza dulce; momentos de inmersiones y de salir a flote, momentos divertidos, absurdos y de ponerse a prueba.

He visitado lugares distantes y extremos: el húmedo bosque celta guardián de leyendas y de magia, el paisaje semidesértico del sureste que nos demuestra que es posible una belleza sin agua y la extensión de secano; olivos y polvo, tejados y asfalto, que veo desde mi ventana como veo el mar, siempre que me lo propongo.



Iglesia románica de San Juan de Amandi (Asturias).



Me quedo con esta fotografía como imagen de mi verano, aún sin saber si la elijo por el lugar, o por el momento, o porque ambas cosas son lo mismo.




Imagen: Utopazzo

15 comentarios:

  1. Si tu eliges la fotografía, es por que es el lugar y el momento.
    Feliz llegada!

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  2. Sigue disfrutando de momentos como ese, como tú sabes.

    Libertad.

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  3. Gracias Sergio, creo que me hace tan feliz la ida hacia ese lugar y momento como la llegada a lo cotidiano. Saludos.

    Libertad? A veces como sé y a veces como se puede, por cierto...para saber, tú. Un beso.

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  4. Me gusta la imagen, me gusta el lugar, tiene algo de refugio, de horaciano, de naturaleza "humanificada", que no domesticada.
    El momento es tuyo, vuestro, y permanecerá en tu cabeza y en la foto, incluso para cuando Pablo se nos convierta en un erasmus con sus refugios personales a los que quizá (casi con toda seguridad) no nos permita acceder.
    Beatus ille.

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  5. Querida anónima, resulta casi irónico que el mejor momento de este verano fuese fruto de la improvisación, hecho que hace recapacitar a una "controladora" como yo. Una fina y persistente lluvia nos invita a cambiar de planes y nos conduce, como una guía experta, a lugares desconocidos que intuye queríamos visitar...por la tarde se retira para precipitarnos, de nuevo sin tiempo a pensar, a otro encuentro con una belleza sin palabras y sin foto, de "carpe diem".

    Regresamos al día siguiente y ya no fue lo mismo.

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  6. Yo creo que por el lugar, el momento y la compañía.

    Un besito y buen curso ;)

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  7. No hay nada como estar en el "aquí y ahora",... aunque luego pasen a ser "allí y entonces".

    Bso manchego.

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  8. Gracias Elena, también sabremos sacar los buenos momentos que encierre el nuevo curso.

    Un besico.

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  9. Hay "aquis y ahoras" que duran un suspiro, que poco a poco se desvanecen y pensamos si quizá fueron una ilusión... y también los hay persistentes, sólidamente inmateriales, a los que podemos recurrir para pasar un invierno.

    "Ahora vale la pena
    vivir
    aunque haga frío
    aunque la tarde vuele.
    O no vuele.
    Es lo mismo."

    Mario Benedetti.

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  10. Ana me da la impresión de una imagen sagrada, maternal, estas en una iglesia y estás con tu hijo, así que la veo como una imagen también laica siin misticimos religiosos, auténtica, tan real como la busqueda de refugiarse el uno en el otro, y viceversa, alejados del mundanal ruido.
    POr lo tanto también hay paz, como debe ser. A mi me ha parecido un hermoso lugar para cobijarse, eso es lo que también se ve en la foto.

    Un besazo Ana y para la buena compañía también.

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  11. Pues sí Encarni, fue un momento de mística humana, terrenal, sensual... una especie de sincronía en el espacio y en el tiempo, mejor de armonía...pero estos momentos no abundan y hay que abrazarlos cuando se presentan o cazarlos al vuelo (como hace Utopazzo).

    Un abrazo.

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  12. Por más que lo intentemos, nunca lograremos escapar de nuestra sombra. Sólo habría una situación en la que lo conseguiríamos; ésta, se presentaría con la ausencia total de la luz. Por suerte, esa luz nos acompaña y la proyecta: no logramos apartarnos de ella... incluso la de la duda.

    Preciosa instantánea de donde extraes ese halo que representa el presente y el futuro... el pasado queda congelado...

    Besos!

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  13. Es un verdadero placer, Ana, volver a reencontrarme contigo. Y ya que hablas de tiempo, considera mi "desaparición" como un mero paréntesis, una no coincidencia en el espacio y en el tiempo, que justo hoy doy por terminada. Después de un repaso por los distintos blogs, me encuentro superado por la cantidad y calidad de vuestras entradas. No sabiendo bien por dónde empezar, me pongo a la tarea.

    A estas alturas, ya no me sorprende la mesura, inteligencia y sentimiento que has puesto para SABER disfrutar de tus vacaciones. Muchas veces dijimos que la realidad está ahí para ser descubierta por los ojos que están preparados. Por lo que cuentas, como si de alquimia se tratase, de pronto te afanabas en llevar fresca brisa a los desiertos o te empeñabas en ser ese calor ausente o simplemente repartirlo. O sumergiéndote en las aguas ( ¡qué más da cuáles aguas fueran! ) sacarle ese secreto que siempre estuvo en tí de otro modo. O imaginando laderas por las que gozosa te dejabas arrastrar o subías empinadas cuestas donde el esfuerzo era lo que menos importaba, sino el camino. Sin concesiones a la esperanza, puro presente humano, fugaz y a la vez eterno en tu piel y en tu memoria. Ratos de belleza que se deja aprehender, ratos para digerirla con sabiduría. Y todo en una especie de desafío a una vida corta y sin sentido. Pero qué grande nos parece a veces, qué bello sentido le encontramos.
    Parafraseando a nuestro singular Utopazzo, hay formas de escapar de nuestra sombra: vosotros lo habéis hecho en vuestras bien merecidas y disfrutadas vacaciones. No creo que la echárais de menos.

    Un abrazo de reencuentro para los dos.

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  14. Para qué escapar de esa sombra que como bien dices es originada por la luz. Fíjate, ni tan siquiera un volador nato como Peter Pan, podía prescindir de ella.

    Gracias Utopazzo, sin ti, el momento, la imagen y esta entrada... no serían.

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  15. Supongo Prometeo, que al igual que en el lenguaje, en nuestras vidas son necesarios los puntos, las comas, las interrogaciones y los paréntesis; mi paréntesis (vacacional) también llegó a su fin, y cuando me paro a pensar, me cuesta creer que sólo hayan transcurrido un par de semanas y además, después de leer la interpretación que haces de mis vacaciones, pienso:¡Qué suerte tiene esta tal Ana! como si de otra persona se tratase.

    Ha sido, sin duda, un verano de luces (en nuestro meridiano es lo normal) y alguna que otra sombra. Siempre termina con ese sabor agridulce que tan bien conocemos, supongo que es el sabor de la vida, y que cada uno personaliza con los condimentos que elige, o encuentra, o se le ofrecen o imagina...

    De nuevo, un abrazo.

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