domingo, 30 de marzo de 2014

Subterfugio XIII : Abismos.

     "Resuella, busca, abrasa, gime. Atérrate, mete la mano en el abismo."

                                                        Félix Grande



"Pasillo con equipaje". Cristóbal Toral 


Asomada al balcón todo le parecía más liviano, real, fácil, posible.

Los últimos años los había vivido sin pensar, casi sin sentir, dejándose llevar por el envite de unas olas mansas y programadas. "Eugenia, vives como una reina", estas palabras, pronunciadas por su madre, le produjeron una conmoción de la que no lograba escapar. 

Tuvo una vida fácil, era consciente de que nació de pie. Había conseguido tener lo mismo que sus amigas sin despeinarse, sin romperse una uña, lo que durante mucho tiempo le hizo sentir superior, aunque no privilegiada.

- Eugenia, vives como una reina.

Fueron palabras intencionadas que cayeron en terreno abonado. Desde hacía tiempo anhelaba la vida de cualquiera de sus amigas, tan parecida a la suya. Compartía mañanas de gimnasio con las que tenían horario de tarde, y tardes de paseo y café con las que trabajaban por la mañana. Sus problemas eran semejantes, las mismas fantasías confesables... Sin embargo, ella no trabajaba, y cada noche de insomnio buscaba y buscaba el sumidero por el que arrojaba cada día las ocho horas que les sacaba de ventaja.

Desconocía la intención pero la habían precipitado al abismo, ya no era posible el retorno, por más que colmara su tiempo o apagara la luz; su abismo no consistía en una caída libre al vacío, sino en un aterrador pasillo repleto de puertas abiertas.




sábado, 22 de marzo de 2014

Apátrida

"Fue en España donde mi generación aprendió que uno puede tener razón y ser derrotado, que la fuerza puede destruir el alma, y que a veces el coraje no obtiene recompensa. " 

Albert Camus


Cuánta razón, Camus. Es lo que tiene hablar de una patria perteneciendo a otra, o a ninguna.

Me pregunto si se puede ser patriota sin conocer, ni reconocer, nuestra historia más reciente, o mirando el presente con los brazos caídos. Hay quien defiende una patria hermética, de símbolos vacíos, negando toda diversidad, cualquier discrepancia, ocultando la historia. Lo que no se conoce, no existe y esto, esos patriotas, lo han hecho muy bien...

Lo que conozco de la historia más reciente de nuestro país no lo he aprendido en los libros de historia. Lo que conozco me lo ha contado mi padre, me lo ha cantado mi madre, lo he visto en el cine o leído, en la patria universal de los poetas. Esta patria es tan inmaterial, que a veces tengo dudas de que exista.










sábado, 1 de marzo de 2014

"La vida es difícil y dura"

"No todo son días de sol,
y la lluvia, cuando falta mucho, se pide.
Por eso tomo la infelicidad como la felicidad
naturalmente, como quien no extraña
que haya montañas y llanuras
y que haya rocas y haya hierba..." 

Fernando Pessoa (Alberto Caeiro)

"La vida es difícil y dura".

Pablo

La verdad es que la frase de Pablo es mía, aunque incompleta, siempre añado "y terriblemente injusta",  y es precisamente la injusticia lo que convierte la -por otra parte natural- dificultad y dureza de la vida en dolorosa e insoportable.

A partir de la frase llego también a otra conclusión: Mi hijo me escucha, especialmente cuando menos me interesa. Ya sabemos que cuando parece orbitar en galaxias lejanas y desconocidas mantiene los sistemas receptores de información perfectamente conectados, así que, cuando hable, deberá vigilar atentamente mi audiencia; no quiero que un niño de ocho años me diga con la boca llena de pasta de dientes que la vida le parece difícil y dura y se vaya a la cama con cierta dosis de aflicción envuelta en un pijama rojo de "Spiderman". Las palabras generan pensamientos, y nuestros pensamientos determinan nuestras acciones. De todos modos, me queda la tranquilidad de que los niños aprenden, más que por las palabras que pronunciamos, por los modelos que imperan en su entorno, y creo que él no tendrá duda de que enfrento la vida con verdadera pasión y tenaz, muy tenaz, entusiasmo.

La siguiente secuencia de la película "El pianista" es una muestra de lo que deseo expresar, asombrosamente, sin palabras. La vida... difícil, desoladora, injusta y de repente, se abre paso la Balada para piano nº 1 de Chopin.

 Confío en que algún día lo entenderá.